No sé cómo el “Resistiré ” del Dúo Dinámico llegó a ser el himno de la Escuela. Fueron los alumnos de la V Promoción (1994- 1997) los primeros que la trajeron y luego la siguieron cantando las promociones siguientes en residenciales, cierres y entregas de diplomas. No era sólo el ritmo enérgico, tremendamente vital de la música lo que arrastraba sino también la letra que tocaba porque encarna en directo el espíritu dionisiaco de la gestalt. Toda la letra de “resistiré” es clara, contundente, sencilla, en la línea de lo que se enseña en la Escuela , lo que la Gestalt llama confianza en la autorregulación organísmica, en la entrega a la experiencia. El mismo estribillo: “Resistiré erguido frente a todo”..... evoca esta actitud de entrega.
“Resistiré” es una afirmación, un responsabilizarse de lo que uno teme, un echar mano del recurso cuando haga falta: “cuando pasé esto o lo otro, ahí estaré , daré la cara y resistiré”. Esta manera de encarar la existencia evoca la actitud gestáltica de aprecio del presente, de la conciencia y de la responsabilidad..
Significa crecer y confrontar los valores convencionales sobre el significado de la vida Invita a soltar clichés e ideas fijas respecto a la felicidad, a experimentar que no es peor o mejor la soledad que la compañía, el silencio que el ruido, el insomnio que el sueño, el éxito que el fracaso. Que depende del momento personal, del contexto, de la situación en la que uno se encuentra.
La letra de la segunda y tercera estrofa alude a la necesidad de poner en voz alta los miedos y aprensiones para conjurar el futuro incierto y el pasado que se fue. Y el estribillo recuerda de nuevo que no existe otro camino que el de hacerse cargo de uno mismo, de resistir en el sentido de sobrevivir y ser capaz de hacer frente a la adversidad. Recuerda a la vez la impecabilidad del guerrero de la tradición sufí y el cultivo de la Atención en Gestalt. : “ Volverse de hierro y endurecer la piel” así como “doblarse como el junco y seguir de pie” no es un intento de hacerse invencible sino de aceptarse fuerte y vulnerable, que ambos estados emocionales son compatibles en la filosofía de la Gestalt porque el concepto de caida entraña la capacidad de volverse a levantar, doblarse y volverse a enderezar, algo parecido a la fe taoista en la sabiduría de la espontaneidad y del instinto que Claudio Naranjo sitúa “más allá de la voluntad programada”. Esta voluntad de encarar la existencia se apoya en las palabras de Fritz Perls de que el miedo a la muerte significa miedo a la vida.
ANNIE CHEVREUX